Sunday, August 14, 2016

Sexo en el embarazo:mitos y prejuicios

Muchas parejas, cuando esperan un bebé, suspenden parcial o totalmente las relaciones sexuales porque sienten inquietud y desconfianza. La presencia de mitos y prejuicios suele ser la causa que subyace con más frecuencia a la suspensión parcial o total de las relaciones sexuales.

La educación recibida, las experiencias sexuales vividas, las expectativas, ansiedades, falsas creencias y miedos distancian y postergan el encuentro sexual. Algo que, con el tiempo, genera insatisfacción, enojos y rencores. Los roles de género, o sea, cómo debe comportarse una mujer y cómo debe hacerlo un varón, instalan posiciones fijas e inequitativas en cuanto al ejercicio de la sexualidad y las necesidades emocionales de cada persona.

Durante los meses que transcurre el embarazo la mujer se enfrenta a un gran número de cambios, tanto físicos como emocionales. Los físicos son generalmente visibles. Los emocionales a veces confunden, se los adjudica a otras razones y, peor aún, se los calla.

Las consultas con el/la obstetra son frecuentes para controlar la salud de la mamá y el bebé. Allí se abordan cuestiones más físicas que emocionales. Muchas parejas sienten pudor de realizar preguntas sobre sexo y callan. En el mejor de los casos, hablan con amigos, familiares o buscan en Internet las respuestas tan ansiadas que, aunque bien intencionadas, muchas veces no son las adecuadas.

Cada persona vivirá el embarazo a su manera. Aún cuando el hijo fue buscado y deseado, las ansiedades, temores y culpas surgen en algún momento. En la consulta, escucho muchas veces estos testimonios por lo cual se hace necesario esclarecer con sencillez las dudas que tienen las personas.

¿Podemos hacerle daño al bebé al tener relaciones sexuales o desencadenar el parto antes de tiempo?

¿Se dará cuenta de lo que estamos haciendo?

¿Por qué siento menos ganas?

Siento vergüenza al tener relaciones y verme la panza. Me siento gorda y fea. Me da miedo que él se busque a otra.

Desde qué quedó embarazada que no he podido sostener la erección y a veces eyaculo rápidamente.

Ella está tan abocada al cuidado del bebé que me siento absolutamente desplazado. Desde el nacimiento no volvimos a tener relaciones, ella dice que le duele

Algunas cuestiones a tener en cuenta son:

  • Durante el embarazo y el puerperio pueden presentarse disfunciones sexuales momentáneas. Abordarlas y resolverlas a tiempo posibilita la salud sexual presente y futura.
  • El conocimiento de los métodos anticonceptivos para el puerperio y la lactancia permite que la pareja retome las relaciones sexuales sin temor a un nuevo embarazo que podría afectar la salud de la mamá y del futuro bebé. El recién nacido estará “agradecido” de contar con la atención y el apego de su mamá que necesita tanto en sus primeros años de vida.
  • El estado anímico de los padres y el vínculo amoroso entre ellos serán garantías para el crecimiento y bienestar del bebé. ¿Qué mejor modelo que ver y sentir a sus padres felices?
  • Todas las personas tienen derecho a tener relaciones sexuales y a buscar en ellas placer. Este es un derecho humano y, como tal, debe ser respetado y cuidado.
  • Sostener los encuentros sexuales placenteros y gratificantes afianza el vínculo amoroso, aporta beneficios emocionales y físicos y asegura un futuro prometedor para la pareja. Sus hijos agradecerán ver a sus padres felices, sin rencores ni distancias afectivas y tendrán un modelo de identificación de donde partir para establecer nuevos vínculos.

Es muy importante para  la mujer, conservar su  capacidad erótica y  orgásmica. La primera, contribuye a mejorar su autoestima (más allá de los  cambios) y la armonía conyugal; y la segunda, ayuda a mantener la elasticidad y la  flexibilidad  de los  músculos pélvicos, tan necesarias para el parto.

Sólo en ciertos casos, y según recomendación médica, pueden llegar a suspenderse temporalmente (por ejemplo, por pérdidas) o por períodos más prolongados (en amenazas de partos prematuros). Inclusive existen casos donde las mismas son suspendidas por todo el embarazo, como rotura prematura de bolsa, pero estos casos son la excepción y no la regla: en el embarazo se pueden mantener relaciones sin inconvenientes.

Las mejores posiciones durante el embarazo

Si bien las posturas y frecuencia de las relaciones dependerán de cada pareja, se pueden seguir algunas recomendaciones a la hora de elegir: es preferible que sea la mujer quien controle el ritmo y la intensidad del encuentro; hay que evitar las penetraciones bruscas y –cuando el embarazo está avanzado– optar por las laterales y posteriores.

El cuerpo de la futura madre debe permanecer siempre cómodo y relajado, sin realizar movimientos o posturas que la hagan perder el equilibrio o correr el riesgo de golpearse. Está contraindicado que el peso del varón se deposite sobre el abdomen de la mujer o sobre su pecho, dificultando su respiración.

sexo e embarazo

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Él arriba, ella abajo.

La postura más tradicional para hacer el amor puede mantenerse en el primer tramo del embarazo, pero se hará más incómoda a medida que pasen los meses. Entonces, el hombre tendrá que sostener su peso con los brazos a ambos lados de su pareja, para evitar la presión sobre el bebé.

Al borde de la cama. 

Para evitar que el peso del hombre aplaste la panza, la mujer puede colocarse boca arriba con la cola justo al borde de la cama. Él, parado o arrodillado adelante, sosteniendo las piernas de su mujer. La penetración se logra con facilidad, incluso cuando la panza es prominente.

Los dos de lado. 

Se trata de la famosa “cucharita”. Es una cómoda postura para el último tramo del embarazo. Permite una penetración suave, con él recostado detrás de ella y ambos en posición fetal. La panza, en tanto, reposa sobre la cama sin recibir presión. Las manos libres invitan a las caricias.

Sobre una silla. 

El varón puede sentarse y apoyarse en el respaldo, mientras su compañera se sienta encima. Al principio, pueden estar cara a cara. Con el correr de los meses, se impondrá un cambio: ella se sentará de espaldas a él, para poder controlar el ritmo, la intensidad de la penetración y mantener la panza sin presiones.

Ella arriba.

Él se recuesta boca arriba y ella se sienta encima, mirándolo de frente. Esta postura será algo menos cómoda en el último tramo de la gestación, y puede resultar un poco cansadora para las piernas, por lo que se sugiere no mantener la misma postura por largo tiempo.

En cuatro patas. 

Una vez que la panza es prominente, el “perrito” es una de las opciones más placenteras. La mujer se coloca en cuatro patas, con las piernas levemente abiertas, y su compañero se ubica detrás. Otra opción, los dos de rodillas pero con los torsos levantados, apoyando los brazos sobre la cama o el sofá.

 

Pero la realidad es que, pese a que mantener relaciones sexuales no ayuda a adelantar el parto, puede ser recomendable para aliviar tensiones, tranquilizar por ende al bebé e ir a dar a luz más relajada.



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Eyaculación retrasada: un problema que angustia a varones y a mujeres

Es la dificultad donde el hombre tarda mucho en llegar al orgasmo, lo que provoca frustración en él y en su pareja. Se define como una inhibición en la que el hombre es incapaz de eyacular, ya sea durante la relación sexual en pareja o mediante una estimulación manual en presencia de su pareja.

¿Cómo puedo saber si un varón tiene eyaculación retrasada?

Para saberlo debemos tener en cuenta los siguientes parámetros: la mayor parte de los varones eyacula entre dos y cuatro minutos después de empezar a penetrar activamente a la pareja, pero quienes tienen un retraso eyaculatorio pueden ser lo talmente incapaces de eyacular durante el coito o sólo lo logran haciendo un gran esfuerzo durante un período de tiempo prolongado: treinta minutos o más.

¿Cuáles son las causas?

Si se obtiene el orgasmo por masturbación o coito oral y no se logra en la penetración es muy probable que no exista ninguna causa orgánica. Casi todos los casos de eyaculación retrasada son causados por motivos psicológicos, por lo que generalmente se experimentan sus consecuencias en presencia de la pareja.

Lo paradójico con la eyaculación retrasada es que muchos varones se convencen de que no es un problema: “Cuanto más tiempo este duro, mejor es”. En verdad, no es tan bueno, porque puede afectar a la pareja.

Después de un cierto tiempo, a veces el varón desarrolla una anorgasmia crónica que suele desembocar en una falta de deseo sexual hacia su pareja. Para la mujer también es una situación difícil, ya que se siente culpable del problema de su compañero, además de poner en tela de juicio su feminidad y su capacidad de complacer. Esta dificultad es causa, a veces de infidelidades, ya que ambos querrán saber si el problema es de uno o es de la pareja.

Una solución en pareja.

Lo primero que hay que hacer para tratar la eyaculación retrasada es consultar con un médico y así descartar causantes fisiológicas. En el caso de que no se trate de un problema físico, las mujeres tienen que tener mucho cuidado en realizar conclusiones apresuradas. La eyaculación retrasada de tu pareja no significa que tú no le gustes o que tú no seas buena amante, pero sí puede tener mucho que ver con la relación afectiva que están manteniendo, y deben explorar todas las posibilidades para evitar que la situación actual empeore o se transforme en otras problemáticas. Cuando hay desconexión con el otro, la eyaculación retrasada es una manera en que el cuerpo se expresa diciendo “esto no es lo que yo quiero”. No olvidemos que también puede darse porque el hombre esté ansioso por ejemplo, con la búsqueda de un bebé, y la tensión hace que no eyacule.

A ciertas edades se exacerba el tema de la eyaculación retrasada, porque al perder irrigación sanguínea hacia el pene a causa de la edad, también éste se vuelve menos sensible.

Para ayudarlo a que él llegue a su orgasmo, pueden probar lo siguiente:

Mayor fricción durante la penetración.

Las posturas donde él tiene el control, como la del perrito, en la que él te penetra por detrás, es una buena idea. También procura tú cerrar tus piernitas para que se estreche un poco el canal vaginal y él te sienta más.

Mayor presión.

Si le estás practicando sexo oral, ayúdate mucho con tus manos y presiona un poco más. Acaricia sus testículos mientras lo haces, para aumentar su nivel de excitación.

Erotiza el resto del cuerpo.

Acaricíale y mucho el resto del cuerpo, para que su excitación completa se vuelva más intensa.

Gime.

Ayúdalo auditivamente a erotizarse. También háblale con lenguaje de alto voltaje, lo que va a acelerar su respuesta orgásmica.

Sean creativos y variados.

Muchos varones no llegan al orgasmo porque se cansan y se aburren antes de llegar. No dejen de indagar acerca de qué le erotiza a él, y, por supuesto, ponerlo en pratica.

 



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La exigencia del cuerpo perfecto

Si bien la sociedad actual es exigente, al mismo tiempo muestra mucha pobreza en cuanto a modelos. No hay variedad, todo se reduce a un tema de cantidad: más busto, más cola, más altura, menos cintura, menos años, menos, menos y menos.

Es la publicidad la que se encarga de sostener estos parámetros artificiales que explotan la necesidad del ser humano de creer que podrá vencer el tiempo. Sabemos que esto es imposible. Sin embargo cada día se consumen más tratamientos antiage, cirugías estéticas, tratamientos hormonales que prometen esa panacea deseada aun cuando muchos de ellos terminan resultando muy peligrosos tanto física como psíquicamente: su fracaso genera psicológicamente inseguridad y baja de la autoestima. Por supuesto, que esto termina comprometiendo los vínculos y la manera de estar en el mundo de quien lo padece.

¿Es todo culpa de los medios?

La desinformación de los pacientes y la frivolidad de algunos médicos son los principales retos a los que se enfrenta la cirugía plástica en el mundo. A ello hay que sumarle la peligrosa interacción entre los medios y el público. Los medios captan el gusto de éste y a su vez lo difunde. Es una relación circular que se retroalimenta a sí misma. Pero ¿se trata de un vaivén azaroso? Según dice el sociólogo Zygmunt Bauman el consumidor ha sido consumido por el sistema. Elige la moda, y la impone, pero a su vez es seleccionado y discriminado según estas elecciones. Ellas le darán entrada a un sistema exitoso, o quedará fuera de él. Y por cierto que nadie quiere quedar excluido, de ahí que la mayoría de las mujeres estén tiranizadas por la moda. Tratando de descubrir a través de la mirada de la gente quién es uno, si nos suben o bajan el dedo.

 A ello se agrega, que las mujeres no sólo tratan de verse mejor sino de seguir vigentes aún dentro de sus vínculos más íntimos, por temor a ser cambiadas por otras más jóvenes. Esta amenaza de sustitución y soledad hace que algunas personas vivan con mucha ansiedad su madurez, aumento de peso, llegada de arrugas, celulitis o lo que fuera que es propio del natural devenir.

Estos cambios corporales, originan complejos que influyen no sólo a la hora de mostrarse en una playa sino que se extiende a la intimidad del propio dormitorio. Hay vergüenza de mostrar ese cuerpo real, atravesado por embarazos, años, vida. Y por supuesto que este paradigma estético afecta la sexualidad.

Al enfrentarse las mujeres con un ideal físico literalmente imposible no lo rechazan sino que se rechazan a sí mismas. Esto hace que en el consultorio vea, en las mujeres muchos complejos referidos a su cuerpo (el peso, algún rollito, las medidas no perfectas”), pues no cumplen con los cánones de belleza que esta sociedad les impone. Esa inadecuación entre el modelo que se impone socialmente y la imagen real de una persona crean malestar y sufrimiento psíquico.

Una persona puede ser gorda o flaca, alta o baja, tener pelo corto o largo, ser joven o madura y sin embargo todos tenemos una capacidad sensitiva, de placer, que y que es posible desarrollar. Todo cuerpo es capaz de dar caricias, bienestar y puede también sentir, recibir placer por todos sus sentidos, toda su piel, todo su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.

 

Tenemos que aprender a vivir con las dificultades externas e internas que una tenga. Y si son internas, realmente requieren de un gran esfuerzo. Uno no puede ir a ver a un cirujano y decirle: “Sáqueme todo lo que me sobra de timidez” o `Inyécteme una dosis de simpatía”. Por supuesto que, si el caso lo requiere, se puede realizar una consulta psicológica para que se nos ayude a administrar nuestra manera de ser de la forma más saludable posible. Pero no podemos hacer de nuevo a una persona. Simplemente la podemos ayudar a que encuentre y use adecuadamente sus propias características.

Por ello creo que la clave para aprender a convivir con las partes feas de una es jerarquizar la palabra gustar. Y en lo cotidiano significará mirarla, enfrentarse a esa porción de nuestra anatomía que no nos gusta. Sin rechazos ni miedos. ¿Cómo se llega a esto? Animándose a pensar de manera diferente. Ser distinta no significa ser excéntrica. Es ser una misma, ser individual, es romper con lo establecido y generar un nuevo orden.

Reconciliarnos con nuestras partes imperfectas implica todo un trabajo de aceptación, para lo cual nos puede ayudar la terapia psicológica utilizando técnicas corporales, por ejemplo, bioenergéticas.

La perfección es imposible. Entonces, olvidémosla. Es importante convertir y destacar lo bueno que tenemos y dejar a un lado lo que entorpece nuestro camino.



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